La hora de dormir no debería ser motivo de preocupación. Sin embargo, para muchas personas, los trastornos del sueño son una verdadera pesadilla. Cuando la apnea del sueño no recibe tratamiento, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes.
¿Qué es apnea del sueño? La apnea obstructiva del sueño (SAOS) es una enfermedad muy común. Se caracteriza por la obstrucción de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que provoca disminución en la saturación de oxígeno en sangre y despertares breves para recuperar la respiración. Sus principales manifestaciones incluyen ronquido intenso y frecuente, pausas respiratorias, fragmentación del sueño y, como consecuencia, síntomas diurnos incapacitantes, entre ellos somnolencia excesiva, alteraciones cognitivas y dolor de cabeza al despertar.
A continuación, profundizaremos en la relación entre esta enfermedad y la diabetes. Si quiere más detalles sobre la apnea, continúe leyendo.
Estudios que confirman la relación entre apnea del sueño y diabetes
El artículo “Diabetes y apnea: entienda su relación”, publicado en el portal brasileño http://www.maisequilibrio.com.br/, muestra que científicos estadounidenses identificaron una conexión entre la prediabetes y los trastornos del sueño. Se comprobó que la apnea del sueño afecta el control de la diabetes de diversas maneras. Durante el sueño, el organismo libera hormonas de estrés para intentar recuperar el oxígeno mediante la respiración. Estas hormonas pueden elevar los niveles de glucosa en sangre y, si la persona no adopta medidas correctivas, podría desarrollar diabetes. Además, quienes padecen apnea suelen comer con mayor frecuencia para combatir la somnolencia diurna, y el cansancio limita su capacidad de hacer ejercicio. Esta combinación de mayor ingesta de alimentos y menor actividad física contribuye al descontrol de la glucosa.
Otro artículo “Apnea del sueño, insulino-resistencia y diabetes mellitus tipo 2”, publicado en la Revista Portuguesa de Diabetes en 2008, resalta que “hoy en día, la diabetes mellitus tipo 2 se reconoce como una epidemia mundial, lo que aún no ocurre con las alteraciones ventilatorias del sueño. La apnea del sueño se asocia a un riesgo considerable de morbilidad, con varios estudios que señalan una relación causal entre la apnea, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular”.
Este artículo también destaca que “la diabetes mellitus tipo 2 y la apnea obstructiva del sueño son patologías de alta prevalencia que con frecuencia coexisten. La apnea es común en pacientes con hiperglucemia intermedia y diabetes mellitus tipo 2, y viceversa. Además, se observa una asociación con hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular. Una posible explicación es la presencia de factores de riesgo compartidos, como la obesidad. Estudios recientes incluso muestran que la relación entre estas enfermedades puede darse independientemente del exceso de peso”.
¿Qué hacer? Primero, entender que dormir mal no es algo normal.
Si sospecha que puede tener un trastorno del sueño, busque atención médica. El especialista le indicará los exámenes necesarios para monitorear su descanso.
Una alternativa simple y práctica para realizar este análisis es el Examen del Sueño Biologix®, que se realiza en el domicilio y cuenta con validaciones científicas. Solo necesita colocar el sensor Oxistar, un oxímetro de alta resolución, en el dedo antes de dormir e iniciar el examen desde la aplicación Biologix. A la mañana siguiente, al pulsar “Concluir examen”, obtendrá el resultado en segundos.
También existe la polisomnografía, un estudio más completo que requiere dormir en un laboratorio del sueño. Allí se utilizan sensores para registrar el flujo de aire por nariz y boca, la oxigenación, la frecuencia cardíaca, la actividad cerebral y los movimientos de tórax y miembros.
Pero, ¿cuál es el tratamiento indicado?
Por lo general, la diabetes se controla mediante dieta, actividad física, medicamentos orales o insulina, además de exámenes regulares para detectar complicaciones.
Para la apnea del sueño, el tratamiento depende de la gravedad del síndrome. En los casos leves, suele incluir cambios en el estilo de vida, como pérdida de peso, reducción del consumo de alcohol durante la noche y mejor higiene del sueño. Otra opción es el uso de aparatos intraorales (AIO), que favorecen el avance mandibular.
Para síndromes de nivel moderado o grave, por lo general, se indica el uso de dispositivos de asistencia respiratoria, como el CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias). Se trata de un equipo pequeño que facilita la respiración durante el sueño, ya que abre las vías respiratorias del paciente.
En algunos pacientes, el especialista puede recomendar cirugía de las vías respiratorias superiores.
¡IMPORTANTE! Solo médicos debidamente calificados pueden diagnosticar enfermedades,
indicar tratamientos y recetar medicamentos. La información disponible en este blog tiene fines exclusivamente educativos.
