Una buena noche de sueño va mucho más allá del descanso físico. Mientras duerme, su cerebro almacena y consolida lo aprendido durante el día. Esa información será necesaria al día siguiente, la próxima semana o incluso dentro de un año.
Durante el sueño, el cerebro procesa datos y establece conexiones. Muchas veces, después del descanso, logramos encontrar una solución a problemas que parecían complejos.
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Desgraciadamente, no todos tienen un sueño reparador. Hoy se reconocen más de 80 trastornos del sueño, por lo que la probabilidad de que usted sufra alguno de ellos no es tan baja. Lo fundamental es reconocer el problema para iniciar un tratamiento temprano.
¿Qué es la apnea del sueño?
Entre los trastornos más comunes está la apnea del sueño, que puede acompañarse o favorecer el desarrollo de otras enfermedades, como la depresión.
Vamos a entender un poco sobre este trastorno. La apnea obstructiva del sueño (SAOS) es una enfermedad muy común. Se caracteriza por la obstrucción de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que provoca disminución en la saturación de oxígeno en sangre y despertares breves para recuperar la respiración. Sus principales manifestaciones incluyen ronquido intenso y frecuente, pausas respiratorias, fragmentación del sueño y, como consecuencia, síntomas diurnos incapacitantes, entre ellos somnolencia excesiva, alteraciones cognitivas (problemas de memoria, dificultad para concentrarse, disminución de la productividad laboral) y dolor de cabeza al despertar.
Se trata de una enfermedad que va más allá de los síntomas que se presentan durante el sueño. La apnea del sueño afecta directamente la calidad de vida. Los pacientes que la padecen presentan mayor tendencia a desarrollar ansiedad y depresión.
Relación entre apnea del sueño y depresión
According to the article “Sleep Apnea Increases the Possibility of Developing Anxiety and Depression”, published by the Brazilian portal https://www.diariodasaude.com.br/ in July 2012, the more severe the apnea, the higher the risk of neurobehavioral symptoms. A study led by Dr. Clélia Maria Ribeiro Franco, a neurologist at the Clinics Hospital of Pernambuco Federal University (UFPE, in Portuguese), found that 60% of apnea patients exhibited oxidative stress. This phenomenon occurs because breathing pauses lead to low oxygen levels in the blood and tissues, followed by reoxygenation once breathing resumes. If untreated, apnea may cause serious consequences, including depression.
La depresión se caracteriza por tristeza profunda, falta de motivación, irritabilidad y alteraciones del sueño. Pero, ¿por qué la apnea puede desencadenarla? Porque reduce la oxigenación cerebral y afecta la memoria y el razonamiento. Además, quienes sufren este trastorno presentan menor liberación de cortisol, la hormona que regula el azúcar en sangre y controla el estrés, y de serotonina, que desempeña un papel fundamental en la recuperación de la memoria durante el sueño.
Por lo tanto, quien sufre apnea del sueño y no recibe tratamiento no solo compromete la calidad de su descanso, sino también su capacidad de concentración durante el día, además de su salud mental y emocional. Por eso, debe buscar ayuda cuanto antes. El diagnóstico de la apnea del sueño resulta fundamental para garantizar un tratamiento adecuado. Para este diagnóstico, el médico solicitará exámenes que monitorean el sueño.
Una alternativa simple y práctica para realizar este análisis es el Examen del Sueño Biologix®, que se realiza en el domicilio y cuenta con validaciones científicas. Solo necesita colocar el sensor Oxistar, un oxímetro de alta resolución, en el dedo antes de dormir e iniciar el examen desde la aplicación Biologix. A la mañana siguiente, al pulsar “Concluir examen”, obtendrá el resultado en segundos.
También existe la polisomnografía, un estudio más completo que requiere dormir en un laboratorio del sueño. Allí se utilizan sensores para registrar el flujo de aire por nariz y boca, la oxigenación, la frecuencia cardíaca, la actividad cerebral y los movimientos de tórax y miembros.
Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento dependerá de la causa o de la gravedad del trastorno. En los casos leves, suele incluir cambios en el estilo de vida, como pérdida de peso, reducción del consumo de alcohol durante la noche y mejor higiene del sueño. Otra opción es el uso de aparatos intraorales (AIO), que favorecen el avance mandibular, o el empleo de dispositivos de asistencia respiratoria, como el CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias). Se trata de un equipo pequeño que facilita la respiración durante el sueño. En algunos pacientes, el especialista puede recomendar cirugía. Este tipo de tratamiento suele ser muy eficaz, ya que ofrece beneficios inmediatos tanto para la salud como para la calidad de vida.
¡IMPORTANTE! Solo los médicos debidamente calificados pueden diagnosticar enfermedades, indicar tratamientos y recetar medicamentos. La información disponible en este blog es solo de carácter educativo.