Hoy en día, el kinesiólogo participa de diferentes maneras en el área del sueño, tanto en la práctica clínica como en la investigación.
En la práctica, colabora en la educación social, concientizando a la población sobre la importancia del sueño y sus funciones, así como sobre el impacto negativo de la privación de sueño. También orienta sobre posturas y medidas de higiene del sueño que favorecen un descanso reparador y contribuyen a la promoción de la salud.
Además, puede encargarse de identificar y tratar trastornos no respiratorios (como insomnio o síndrome de piernas inquietas) y respiratorios.
Aun con distintos campos de actuación, la intervención más reconocida del kinesiólogo es el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño (SAOS).
Gracias a su conocimiento en fisiología y fisiopatología del sistema respiratorio, y a su experiencia en el manejo de equipos de ventilación con presión positiva en la vía aérea (PAP) y sus interfaces, el kinesiólogo es el profesional más capacitado para acompañar el tratamiento con PAP en el corto, mediano y largo plazo. Es quien selecciona el dispositivo y la máscara adecuados, orienta y adapta al paciente a la terapia, y asegura comodidad y adherencia. También resuelve problemas que puedan surgir durante el proceso de adaptación.
Una herramienta fundamental que apoya al kinesiólogo en el seguimiento de pacientes durante la adaptación al PAP es la oximetría nocturna. A través del índice de desaturación de oxígeno (IDO), puede verificar si la terapia logró corregir los niveles de oxigenación durante la noche.
En general, el kinesiólogo que trabaja en medicina del sueño posee formación en kinesiología respiratoria y especialización en trastornos del sueño.
Por Moara Rocha – Kinesiólogo/a
CREFITO (Consejo Regional de Fisioterapia y Terapia Ocupacional): 91773-F
Posgrado en sueño - Hospital Israelita Albert Einstein
Instagram: @rochamoara
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